sábado, 6 de agosto de 2011

Placeres Nocturnos. Capitulo 7

Nick se quedó perplejo al sentir la suavidad de la mano de ________ bajo la suya. No recordaba la última vez que alguien lo había tocado de aquel modo. Llevaba tanto tiempo siendo un Cazador Oscuro que había olvidado lo que era la delicadeza.

Tate actuaba movido por la gratitud y un cierto sentido de la obligación.

Pero ella...

No había ningún motivo para que le diera la mano. Apenas si le había dicho dos palabras civilizadas y, sin embargo, allí estaba, cerca de él cuando nadie más lo habría hecho. La situación empezaba a despertar extraños sentimientos en él. Le daban ganas de protegerla. Y sentía una enorme ternura.

Pero no era sólo eso, había mucho más; una simple caricia de ________ lo abrasaba y le llegaba al corazón. Tragó saliva y se puso rígido. No podía dejar que se acercara demasiado. ________ era una criatura de luz y él procedía de las sombras.

Eran incompatibles.

-Dime, ¿cuánto tiempo hace que eres un vampiro? -preguntó ella.

-Ya te lo he dicho -le dijo él con la mandíbula apretada-, no soy un vampiro. Soy un Cazador Oscuro.

-¿Y cuál es la diferencia?

Nick la miró con severidad.

-La diferencia está en que no tengo por norma asesinar humanos, pero, si no dejas de interrogarme, es posible que haga una excepción.

-Eres una insoportable Criatura de la Noche.

-Yo también te quiero.

________ le soltó la mano.

-¡Ah, con que de eso se trata! -exclamó-. Sólo estaba tratando de consolarte. ¡No lo permita Dios! Deberías dejar que la gente fuese amable contigo de vez en cuando.Irritada, se dio cuenta de que Tate la miraba sorprendido.

-¿No puedes cortarle el brazo, ya que estamos, para que pueda librarme de él?

Tate soltó un bufido.

-Podría hacerlo, pero creo que lo necesitará. Antes te lo cortaría a ti.

-¡Genial! ¿Pero qué eres tú, su Igor?

-Te has equivocado de película -la corrigió Tate-. Igor era el lacayo de Frankenstein. Te refieres a Rendfield[2] . Y no, no soy Rendfield. Me llamo Tate Bennett; juez de primera instancia e instrucción[3] de este distrito.

-Ya había imaginado lo de tu trabajo. Es bastante obvio, ya que estamos en un laboratorio muy frío, lleno de muertos.

Tate alzó una ceja.

-¿Y tú lo llamas sarcástico?

Hunter dio un respingo al sentir que Tate tiraba demasiado fuerte del hilo.

-Lo siento -se disculpó ________-. No lo distraeré más.

-Te lo agradecería.

Una vez que Tate hubo finalizado, Hunter volvió a colocarse la camisa y el abrigo. Se bajó de la camilla dejando escapar un imperceptible siseo, el único indicio de que le dolía el costado.

El busca de Tate comenzó a sonar.

-No tardaré. ¿Necesitáis algo, chicos?

-Estoy bien -le contestó Hunter-. Pero ella necesitará algo para desayunar y un teléfono.

________ arqueó una ceja al escuchar sus palabras. ¿Por qué la dejaba ahora utilizar el teléfono?

Tate limpió todo el desorden con rapidez.

-El teléfono está en la pared del fondo. Marca el nueve para conseguir línea con el exterior. Cogeré algo de la cafetería y regresaré tan rápido como pueda. Quedaos aquí y cerrad la puerta con llave.
Tan pronto como se quedaron solos, Hunter se movió para que ella pudiese sentarse en el banquillo que había junto al teléfono. Parpadeó varias veces y se frotó los ojos, como si fuesen demasiado sensibles a la luz de los fluorescentes.

-Necesitamos un plan -le dijo en voz baja-. ¿No conocerás a alguien en la ciudad que sepa el modo de romper unos grilletes forjados por un dios griego?

________ sonrió; se estaba acostumbrando a su sarcasmo.

-En realidad, creo que conozco a alguien.

El rostro de Hunter se animó de inmediato. ¡Por el amor de Dios! El tipo era increíble cuando no estaba ladrando o frunciendo el ceño.

-¿Una de tus hermanas?
-Uno de sus amigos.

Él asintió con la cabeza.

-Bien. Necesitamos hacerlo preferiblemente antes de la puesta de sol, o al menos no mucho después.
También tendrías que llamar a Tabitha y decirle que no se deje ver durante unos cuantos días.

-Te recuerdo, por si se te ha olvidado, que no acepto órdenes de nadie. ¡Pero...! -exclamó,
alzando la voz, antes de que él pudiese interrumpirla-... soy consciente de que todo esto me
supera. No sabes cuánto odio toda esta basura sobrenatural. Así es que estoy deseando escucharte,
pero será mejor que comiences a comportarte como si te dirigieras a una persona, y no a una muñeca
hinchable sin cerebro. -Sacó el anillo de Hunter del bolsillo y se lo devolvió-. Y otra cosa,
necesito ir al baño ya.

Hunter soltó una carcajada.

-A mí no me hace gracia -le espetó ella mientras lo observaba colocarse de nuevo el anillo en el
dedo-. ¿Alguna sugerencia acerca de cómo podemos hacerlo sin que me muera de vergüenza en el
proceso?
-Eso no es lo peor, ¿qué sugieres para que no me arresten por estar en el aseo de señoras?

Ella le lanzó una mirada afilada.

-Si crees que voy a entrar en el aseo de caballeros, olvídalo.

-Entonces supongo que tendrás que aguantarte.

-¡No pienso entrar en el aseo de caballeros!



Cinco minutos más tarde, ________ se encontraba en el aseo de caballeros maldiciendo a Hunter en
voz baja.

-Lo de comportarte como un tirano te sale de forma natural, ¿verdad?

-Es lo que da sentido a mi vida -le contestó él, mientras le daba la espalda, con un tono de voz
que denotaba su aburrimiento. Había doblado el brazo esposado hasta colocarlo tras su espalda para,
de ese modo, permitir que ________ tuviese más libertad de movimientos.

Lo miró airada. Sentía la vejiga a punto de estallar, pero le resultaba muy difícil aliviarse,
embutida entre él y la puerta del servicio. ¡Y todo porque Tabitha no se había acordado de sacar
a su maldito perro! Si salía de ésta iba a asesinar a su hermana. A matarla. ¡A descuartizarla!
-¿Por qué tardas tanto? -le preguntó él con tono acusador.

-No puedo hacerlo contigo ahí plantado.

-¿Quieres que nos vayamos?

-¡Espérate! Antes o después te tocará a ti y voy a disfrutar mucho viéndote sufrir.

Hunter se tensó ante sus palabras.

-Nena, nunca podrías hacerme sufrir.

La frialdad de su voz la asustó.

Le llevó unos minutos más pero, finalmente, acabó. Sentía el rostro más acalorado que si se
encontrara en pleno ecuador durante una tarde de verano. Se lavó las manos intentado no mirar a
Hunter.

-Tienes papel higiénico pegado al zapato -le dijo él, mirándole los pies.

-¡Vaya, cómo no! -exclamó ella-. ¿Algo más que consiga hacer esto aún más embarazoso para
mí? ¿Qué te parece si pasas a un terreno más íntimo?

Una malvada sonrisa se reflejó en sus ojos antes de que esa mirada oscura y penetrante descendiera
hasta sus labios. ________ hubiese jurado que podía sentir su avidez, la profunda necesidad de
tocarla.
Antes de que ella fuese consciente de sus intenciones, Hunter le agarró la cabeza con la mano
libre, le acarició el labio inferior con el pulgar y se inclinó para capturar sus labios.

Atónita, fue incapaz de pensar ni de moverse mientras los cálidos labios de Hunter separaban los
suyos.

El olor del cuero y el sabor del vampiro invadieron sus sentidos. Jamás en su vida había sentido
algo parecido a lo que estos labios le estaban provocando. El beso de Hunter era tórrido y feroz
mientras la mantenía fuertemente abrazada, asaltándola como un atracador a su víctima. Todas y
cada una de las hormonas de su cuerpo respondieron al instante. Un gemido gutural escapó de sus
labios. ¡Cielos! El tipo sabía besar. Y la sensación de ese sólido cuerpo contra el suyo era tan
increíble que no pudo evitar aferrarse a sus hombros, ansiosa y desesperada por seguir
saboreándolo.

La lengua de Hunter jugueteaba con la suya mientras esos firmes músculos se contraían bajo sus
manos y, al rozarle accidentalmente los colmillos con la lengua, una descarga de placer la recorrió
de arriba abajo.
Por primera vez desde que se había enterado de qué tipo de criatura era, empezó a resultarle atractiva la idea de que le mordiera el cuello. Pero más sugestivo aun era pensar en él tendido en el duro y frío suelo, excitándola con todos esos poderosos músculos y ese cuerpo esbelto hasta que los dos se pusieran a cien y acabaran sudorosos y extenuados.

Nick se tensó al probar el primer bocado de ambrosía que se permitía en dos mil años. Al instante, fue consciente de todas esas curvas suaves y femeninas que se apoyaban contra su masculinidad; del aroma a flores y sol que desprendía. Cosas que le habían sido arrebatadas hacía siglos.

Había magia en el beso de ________. Y una pasión descontrolada y básica. La habían besado antes, pero Nick sabía que nadie le había hecho sentir lo que estaba experimentando en esos momentos. Con el cuerpo en llamas, le recorrió la espalda con la mano y la apretó aún más contra él. La deseaba con una intensidad que le era desconocida desde los días en que había sido mortal. Ansiaba con todas sus fuerzas acariciarla de los pies a la cabeza y pasar con suavidad los colmillos por su cuello y sus pechos.

Y sentirla agitarse entre sus brazos...

Cerrando los ojos, inhaló ese aroma dulce y femenino mientras su cuerpo palpitaba de deseo, con una necesidad básica y ancestral que casi rayaba en el dolor.

________ jadeó al sentir la mano de Hunter deslizarse por su costado, desde el pecho hasta la cintura, para rodear después su trasero. Nunca había dejado que un hombre la tocara de esa manera, pero el Cazador Oscuro tenía algo a lo que era incapaz de resistirse. Cuando la aprisionó contra la pared con toda la fuerza de la pasión que sentía y se pegó a ella, creyó que iba a derretirse... literalmente. El roce de este torso contra su pecho le hacía ser más conciente de sus fuertes músculos.
Hunter le separó las piernas utilizando uno de sus muslos y lo alzó hasta presionarlo con su sexo, provocando que ________ se estremeciera aún más y que siseara de placer cuando él profundizó el insaciable beso.

Le rodeó el cuello con el brazo libre para tenerlo más cerca mientras sentía que todo giraba a su alrededor. ¿Cómo sería hacer el amor con un indómito depredador como Hunter y acariciar todos esos músculos que se contraían cada vez que se movía?

Hunter abandonó sus labios y trazó una húmeda senda con la lengua desde la boca hasta la oreja. ________ sintió el roce de sus colmillos sobre el cuello y se estremeció. Sus pechos se hincharon aún más, anhelando sus caricias. Y, mientras tanto, él no dejaba de presionar el muslo entre sus piernas, haciéndola que ardiera aún más. Las rodillas se le aflojaron de tal manera que tuvo que apoyarse por completo en él.

Súbitamente, alguien golpeó la puerta.

-Eh, vosotros dos -se escuchó la voz de Tate y la puerta se abrió con un crujido-. Viene alguien.

El Cazador Oscuro se apartó de ella con un gruñido. Y ________ fue consciente, en ese momento, de lo que había hecho.

-¡Por Dios! -jadeó-. ¡Acabo de besar a un vampiro!

-¡Por los dioses! ¡Acabo de besar a una humana!

________ lo miró con los ojos entrecerrados.

-¿Te estás burlando de mí?

-¡Chicos! -los llamó Tate de nuevo.

Hunter la tomó del brazo y la precedió al salir de los aseos. El conserje los miró de un modo raro, pero no dijo nada al entrar al baño una vez ellos salieron.

Tate los guió hasta su pequeño despacho, situado fuera del depósito.
Había un viejo escritorio de madera colocado junto a la pared del fondo, con dos sillas dispuestas frente a él. Un sofá con una almohada y una manta pulcramente doblada ocupaba la pared de la derecha y a la izquierda había unos cuantos archivadores metálicos. Tate le señaló el teléfono del escritorio y los dejó para ir a atender sus asuntos.

Haciendo un esfuerzo para dejar de pensar en lo que acababa de suceder en los aseos y en lo estupendamente bien que se había sentido abrazando a Hunter, llamó a Tabitha mientras él permanecía de pie a su lado.

Por supuesto, su hermana comenzó a echarle la bronca por no haber sacado al perro.

-Vale -le contestó ________, irritada-. Siento mucho que Terminator se meara en tu colcha nueva.

-Seguro -le dijo Tabitha-. ¿Se puede saber qué te pasó anoche?
-¿Cómo? ¿Es que tus habilidades psíquicas fallan? Fui atacada en tu casa por uno de tus colegas vampiros.

-¿¡Qué!? -gritó Tabitha-. ¿Te encuentras bien?
_______ alzó la vista hasta Hunter y no supo muy bien qué decir. Físicamente estaba bien, pero
él le había hecho algo extraño que no podía definir con palabras.

-Sobreviví. Pero te están buscando, así que tienes que ocultarte en un lugar seguro durante un
par de días.

-Ni lo pienses.

Hunter le quitó el teléfono de las manos.

-Escúchame, niñata. Tengo a tu hermana en mi poder y, si no sales de tu casa y desapareces durante
los próximos tres días, me encargaré de que tu gemela desee que me hubieras obedecido.

-Si la tocas, te atravesaré con una estaca.

Él soltó una carcajada teñida de amargura.

-Será si consigues acercarte a mí. Ahora, sal de tu casa y deja que yo me encargue de esto.

-¿Y ________?

-Está a salvo en tanto tú me obedezcas. -Le pasó el teléfono a ________.

-Tabby -le dijo a su hermana con timidez.

-¿Qué te ha hecho? -exigió saber Tabitha.

-Nada -le contestó ________ con el rostro cada vez más ruborizado al pensar en el beso que habían
compartido. No le había hecho nada... salvo ponerla increíblemente cachonda.
-Vale, escúchame -le dijo su hermana-. Voy a casa de Eric; reuniremos a los chicos y saldremos en
tu busca.

-¡No! -exclamó ________ cuando vio que la mirada oscura y furiosa de Hunter descendía hasta su
rostro. El corazón casi se le detuvo al recordar que podía escuchar a su hermana.

¿Puedes escucharla? -le dijo, articulando las palabras con labios.

Él asintió.

________ sintió un escalofrío.

-Escúchame, Tabby. Estoy bien. Haz lo que te dice, ¿vale?

-No sé qué hacer.

-Por favor, confía en mí.

-Confío en ti, pero ¿y él? Joder, ni siquiera sé quién es.

-Yo sí lo sé -le dijo-. Vete a casa de mamá; me mantendré en contacto, ¿de acuerdo?

-De acuerdo -accedió Tabitha de mala gana-, pero si no escucho tu voz antes de esta noche a las
ocho, saldré de caza.

-Muy bien, hablaremos entonces. Te quiero.

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