martes, 24 de julio de 2012

Abrazo Nocturno. Capitulo 14

En realidad, era un hangar moderno modificado, acondicionado con un sistema de alarma y puertas tan
gruesas que podían ser un refugio antiaéreo. Ese granero actualmente alojaba el helicóptero
MH-60K Sikorsky de 28 millones que Acheron usaba para transportarse a él y a sus motos Buell.
Ash había llegado con estilo el día anterior.
Ahora Zarek.
Sí, Mardi Gras comenzaba a verse espeluznante.
Liam salió del coche y ajustó la radio en el auto, luego se paró al lado del campo hasta que Mike
detuvo el motor y las aspas dejaron de girar.
Cuando todo dejó de moverse, el parco Escudero de mediana edad salió del helicóptero y se quitó
el casco. Mike nunca había sido excesivamente amigable, pero esta noche se lo veía altamente
indignado y sumamente irritable.
-No te envidio esto -dijo Mike mientras tiraba el casco en el asiento.
-Vamos, deja de meterte conmigo. No puede ser tan malo.
Liam cambiaría de parecer tan pronto como Mike descorriese la puerta del pasajero y diera su
primera mirada a Zarek de Moesia.
Zarek emergió por la puerta como Lucifer de su hoyo más profundo, con un resentimiento tan grande,
que Liam se asombró que hubieran logrado conseguir que el helicóptero despegara.
Vestido todo de negro, Zarek traía puesto jeans, botas de motorista Harley, y una remera con
mangas, parecía completamente inconsciente del aire húmedo y frío que hacía en la noche invernal
de Nueva Orleáns.

Abrazo Nocturno. Capitulo 13

-Ya que tienes que encontrarte con alguien, toma una ducha mientras hago algo para cenar. -Nick se
duchó, pero cuando terminó, rechazó comer su ensalada de tofu y bistec de soja.
-Gracias otra vez, __________ -dijo mientras se colocaba la campera sobre la remera. -realmente tuve
un muy buen día.
-Yo también -dijo sonriendo mientras masticaba su ensalada y ojeaba una revista de arte.
Aún no podía creer lo bien que ella se estaba tomando el que la dejara. Maldición. Una parte de
él esperaba que le rogara que la llamara. Preguntara su e-mail. Algo. Pero ella no lo hizo.
Hombre, como odiaba el siglo XXI. Ella levantó la cabeza cuando se apresuró hacia la puerta.
-Cuídate, Nick, y en el futuro, por favor prueba a permanecer fuera del camino de las carrozas de
Mardi Gras, ¿ok?.
Nick levantó la ceja, estupefacto.
-¿Cómo?
-No recuerdas la última noche, ¿cuándo no podías moverte?
Nick asintió con vacilación, incapaz de creer que eso era lo que se había estrellado contra él.
-¿Fui atropellado por una carroza de Mardi Gras?
-Sí, fue Baco.
Ahora esto añadía un insulto a la herida. Ahora, sólo esperaba que Liam no se enterase. Nunca.


Liam Ambrosius Gautier había entrado en este mundo sin muchas perspectivas. Hijo bastardo de un
infractor de la ley de carreras y una stripper menor de edad de Bourbon Street, no era exactamente
el que más obedecía las leyes. De hecho, su consejero de la escuela intermedia lo había votado
como el candidato más probable para recibir la pena de muerte.
Pero una noche cuando Liam se había enfrentado a la pandilla con quien andaba, el destino había
cambiado su vida y enviado su ángel de la guarda Dark Hunter, quien había tomado al chico de boca
inteligente, lo había limpiado, y dado un futuro real.
Ahora, nueve años más tarde, era un pre-estudiante de leyes, y en lugar de jugar ruleta penal como
su padre, era casi un ciudadano respetable. Casi era la palabra correcta.
Todo gracias a Kyrian de Tracia y Acheron Parthenopaeus.
No había ninguna cosa que no haría por ellos y era por eso que estaba sentado en su coche,
estacionado en un campo vacío poco después de la puesta del sol, en lugar de estar con su última
novia, poniendo una sonrisa realmente grande en su cara.
Aún con el coche en marcha, hacia frío afuera. Un frío húmedo y glacial que calaba los huesos y
los hacia doler. Su termo de café se había terminado, Liam sólo quería regresar a casa y
descongelarse.
En lugar de eso, estaba esperando que llegara el refuerzo de Nick por Mardi Gras, porque Zarek,
habiendo pasado los últimos novecientos años en Alaska, no tenía idea de cómo conducir un coche.
Aparentemente, los coches no eran el transporte de elección para los Cazadores Oscuros bloqueados
por la nieve.
Maldita puta madre. Este era un acontecimiento por el que podría haber esperado toda su vida.
-¿Liam, estas allí?
-Sí -dijo en el radio portátil que tenía en el asiento del pasajero de su Jaguar que lo mantenía
en contacto con el helicóptero-. ¿Cual es tu ETA[1] ?
-Cerca de dos minutos -dijo Mike.
Liam comenzó a escudriñar el cielo oscuro para ver el helicóptero negro H-53E Sea Dragon
Sikorsky. Era un helicóptero de largo alcance, de tipo militar hecho a medida que los Escuderos a
menudo utilizaban para transportar a los Cazadores Oscuros. El helicóptero era rápido y versátil,
y podía ser reabastecido de combustible en el vuelo.
Su parte trasera estaba acondicionado con un área acerada para los pasajeros, que evitaba que la
luz del sol tocara a los Cazadores Oscuros. Las ventanas en el compartimiento de pasajeros podían
ser alumbradas con un interruptor que permitía a los Cazadores Oscuros ver hacia fuera después del
anochecer si lo deseaban.
Unos pocos Cazadores Oscuros como Acheron poseían sus propios helicópteros y los volaban cuando
era necesario. Esta noche, sin embargo, Mike Callahan, quien era un Escudero Dorean[2] traía a
Zarek de Alaska.
Liam había oído un montón de rumores a través de los boletines de los Escuderos de la Web acerca
de Zarek de Moesia, sobretodo que era un sicótico. No estaba seguro qué tan precisa era esa
información, pero en unos pocos minutos lo sabría de primera mano.
-Oye, Mike -dijo, transmitiendo por radio al piloto-. ¿Qué tan malo es él?
Mike resopló.
-Déjame exponértelo de esta forma. Si tienes una pistola, entonces descárgala.
-¿Por qué?
-Porque si no lo haces, vas a dispararle a este idiota, lo que sólo hará que se enoje aún más.
Por una vez, realmente compadezco a los Daimons.
Eso no sonó alentador.
-¿Qué? ¿Es peor que Acheron?
-Liam, toma mi palabra. Nunca has visto uno como éste. Ahora sé por qué Artemisa y Ash lo
encerraron en Alaska. Lo que no puedo entender es por qué Artemisa quiere trasladarlo en medio de
una población enorme. Mi opinión, es como lanzar una granada en una gasolinera.
Oh, sí, sus tripas estaban anudadas ahora.
Liam esperó mientras el helicóptero aterrizaba en la pista de aterrizaje privada que Acheron usaba
cuando hacía una visita. A un extremo del campo había un edificio que parecía un hangar
desvencijado.

Abrazo Nocturno. Capitulo 12

Todavía estaba acunada entre sus brazos, profundamente dormida. Para su asombro, sintió que su
cuerpo comenzaba a endurecerse otra vez. Después de esta tarde, debería estar saciado por uno o
dos días mínimo, si no por una semana completa.
Debido a eso, no debería poder moverse.
Aun así quería tomarla otra vez. Ahora mismo. Quería sentir sus brazos y piernas envueltas a su
alrededor, sosteniéndolo cerca mientras se perdía a sí mismo con la sensación de su cuerpo
deslizándose contra él.
Sólo Nynia lo había hecho sentirse así. Había sido completamente insaciable con ella. Mirarla
era arder por ella.
Nunca pensó encontrar a otra mujer tan atractiva. Y todo lo que quería hacer era pasar el resto de
la noche dentro de __________. Sentir su respiración contra su cuello mientras se enterraba en su
calor húmedo una y otra vez.
Pero no podía. Se suponía que debía encontrarse con Acheron en Jackson Square.
Sin mencionar que habían Daimons en la calle listos para matar, y tenía que proteger a la gente
inocente.
-¿Nick?
Interiormente, se encogió ante el sonido de su voz somnolienta. Había esperado hacer una salida
silenciosa mientras ella dormía. Cómo odiaba las salidas confusas.
-Buenas noches, amor -murmuró él, besando su frente.
Ella le dirigió una sonrisa que lo deslumbró.
-¿Te estás yendo?
-Sí, tengo que encontrarme con alguien.
-Ok -dijo ella.
Ella se levantó de la cama, y se envolvió con una sábana.
-Fue realmente genial conocerte, Nick. Gracias por un día maravilloso.
Lo dejó solo.
Nick frunció el ceño. Esta era normalmente la parte en donde sus amantes le rogaban que se
quedara, al menos un poco más de tiempo. Donde le decían que era el mejor amante que alguna vez
habían conocido y luego lloraban ante el pensamiento de nunca tenerlo otra vez.
Pero __________ parecía completamente de acuerdo con su partida. No parecía sentir la más mínima
tristeza.
¿Qué era esto?
Salió de la cama y dejó la habitación para encontrarla en la cocina, sosteniendo un pastel de
arroz entre sus dientes mientras se servia una taza de jugo rosado.
-¿__________, estás bien?
Se sacó el pastel de arroz de la boca y lo miró.
-Estoy bien.
Su cara empalideció un poco.
-¿Oh, Dios, no irás a ponerte posesivo o extraño conmigo ahora, no? Por favor dime que no eres
uno de esos tipos de los que Trina me contó, de esos que tienen un poco de sexo con una mujer y
luego creen que la poseen.
¿Un poco de sexo?
¡Un poco de sexo!
Nick se quedó sin palabras. Estaba acostumbrado a dejar a sus amantes, pero esta vez era la más
fácil que había vivido, y lo encontró extrañamente desconcertante.
Perturbador.
Humillante.
Especialmente después de la forma en que los dos se habían llevado. Ésta había sido la mejor
maratón de sexo que alguna vez había tenido. Ella había igualado su pasión y energía de un modo
que había sido increíble.
¿Ahora ella estaba bien con él simplemente saliendo por la puerta?
-¿Estás segura que está bien? -preguntó otra vez.
-Mira, está bien, ¿sí? Sabía cuando accedí a esto, que tú no estarías rondando después. No
soy estúpida, sabes. Soy una chica grande. Tú eres un chico grande y estoy seguro que tienes una
vida a la que regresar. -El pánico paso por sus ojos-. Oh Dios, no estás casado, ¿no?
-No, no lo estoy.
Dejó escapar un suspiro de alivio.
-Entonces, ningún daño, ninguna culpa. -Cruzó la corta distancia hasta la heladera para devolver
la jarra de jugo.
-¿__________?
Hizo una pausa para darle una mirada resentida.
-¿Qué, Nick? ¿No estás teniendo ansiedad por la separación, no? Hoy estuvo divertido y valió
la pena, pero debo regresar al trabajo. Tengo una tonelada de cosas que necesito hacer esta noche.
-Sí, pero... -no terminó la frase. Se rehusaba.
-¿Pero...?
Él mantuvo su mandíbula cerrada. Muy bien, si ella quería que se fuera, entonces él se iría.
Igualmente no debería haber pasado el día con ella. Tan cerca de Mardi Gras, no podía distraerse.
No importa si venía en la forma de una tentadora de pelo oscuro.
-Nada -dijo.
Ella se vio aliviada.

Abrazo Nocturno. Capitulo 11

__________ le paso el vaso con agua.
Nick la tragó rápido y la miró con ceño.
-¿Qué tan vieja es esta cosa? -comprobó la fecha de vencimiento del queso y frunció más el
ceño-.¿Soja? -dijo cuando finalmente reconoció el paquete-.¿Me dejaste comer queso de soja?
-Es bueno para ti.
-Es repugnante.
-Oh -dijo ella, como si le hablara a un niño-. Pobre bebé. Estoy tan apenada.
-No, no lo estás.
-No, verdaderamente. Siento no tener cualquier cosa que pueda ingerir un macho grande como tú.
Nick se sentó hacia atrás y sacudió la cabeza. Debería haber pedido a Kyrian que le trajera una
hamburguesa con sus ropas. Aún así, había disfrutado el día con ella.
Aún si eso significaba comer cosas que deberían estar clasificadas como desperdicios tóxicos.
Encogiéndose, alcanzó otra galleta, más preparado esta vez para el sabor repugnante. A pura
fuerza de voluntad, engulló seis galletas saladas con queso, aunque apenas quitaron el borde de su
hambre.
Agradecía a los dioses que aún tenía sus pastillas. Agarrando a Snoopy, rápidamente echó tres
en su boca para cambiar el sabor.
-¿Cómo puedes comer eso? -preguntó ella-. No es mas que azúcar con sabor.
-Sí, pero es buen azúcar.
Ella arrugó la nariz. Nick le sonrió malvadamente.
-¿Conoces cual es la mejor forma de comer estos, no?
Negó con la cabeza.
Él movió hacia atrás la cabeza de Snoopy y sacó la pequeña pastilla con sus dedos. La llevo a
sus labios.
-Muérdela suavemente y mantenla entre tus dientes.
Ella vaciló, pero obedeció.
Por un segundo, Nick la miró sentada allí, desnuda con la pastilla entre los dientes. Luego, se
inclinó hacia adelante y usó su lengua para saborearla.
__________ gimió ante el sabor de él combinado con el azúcar. Abriendo la boca, ella le dio un
beso largo, caliente.
-Bueno, eso fue agradable.
-¿Vale la pena contaminar tu sistema?
-Umm-hmm -ella respiró, moviendo la punta del dedo a lo largo de su mandíbula.
Una vez que todo el pastillero Pez se terminara, ella levantó a Snoopy y lo miró.
-Esto es tan poco característico de ti, Señor Rudo. Me cuesta creer que un tipo que peleó con
seis criminales sin ayuda lleve con él un insignificante paquete de pastillas Pez.
Él peinó su pelo negro hacia atrás de su hombro y dejó que sus manos se detuvieran en las
hebras.
-En realidad, colecciono los pastilleros. Este es un clásico de 1969.
-¿De verdad?
Él asintió. Lo miró otra vez.
-¿Eso vale mucho?
-Un par de cientos de dólares.
-¿No estás bromeando?
-No estoy bromeando.
-Wow. Y casi lo metí en la lavadora.
Él se rió de eso.
-Me alegro que no lo hicieras. Snoopy y yo vamos a todos lados juntos.
Tomó a Snoopy de sus manos y lo colocó en la mesita de café. Cuando se dio vuelta para mirarla,
el brillo en sus ojos era uno con el que ella realmente se estaba familiarizando.
-¿Estás realmente muy dolorida? -preguntó.
Tomando todo en consideración, ella debería estarlo, pero su toque era tan tierno que no lo
estaba.
-No lo estoy. ¿Y tú?
-Nunca mejor.
Se reclinó en el piso y la empujó a través de él. __________ lo montó a horcajadas y gimió
ante lo bien qué sus abdominales de acero se apretaban contra ella.
Para su asombro, estaba duro otra vez.
-¿Nunca te cansas?
Él ahuecó su cara en sus manos y le dirigió una mirada fija, seria.
-Eres tú, amor. Definitivamente tú. Con cualquier otra, me habría acomodado y estaría durmiendo
hace horas.
-¿Lo dices en serio?
Él condujo su mano hacia su hinchada verga
-¿Qué piensas?
-Pienso que debería haber tomado más vitaminas esta mañana.
-Y yo pienso que aún hay varias posiciones que no hemos probado.
Nick despertó en la cama de __________ justo a la puesta del sol. Sonrió con placer somnoliento
mientras olía el perfume de trementina y patchoulí en su piel.
__________.

Abrazo Nocturno. Capitulo 10

__________ yacía completamente satisfecha, respirando trabajosamente, regresando muy lentamente a
la deriva a sí misma. Ese fue el orgasmo más increíble que alguna vez había experimentado. No
podía creer la forma en que lo había sentido, la forma en que la había tocado.
Ella mantuvo su cabeza cerca de su corazón y sintió su respiración desigual contra su pecho. Lo
acunó con su cuerpo entero y absorbió el cálido peso de él.
Acostumbrada a hombres que rápidamente se salían de encima después de correrse, no estaba
preparada para cuando él se dio vuelta sobre la espalda y la jaló para atravesarla sobre su pecho.
-¿No pensarás que ya he terminado, no? -preguntó él en su oído.
-Bueno, sí.
Él se rió.
-Lady __________, apenas he comenzado.
Para su delicia y temor, él confirmó esas palabras en el transcurso de las siguientes horas:
Hicieron el amor en la cama, en el piso, en el sofá. La tomó en tantas posiciones diferentes que
sintió como si él estuviera recreando el Kamasutra.
Finalmente, fueron a dar en la cocina donde la colocó sobre la barra de desayunar y luego le hizo
el amor lenta y tiernamente. ¡Oh cielos, el hombre se sentía increíble! Él tenía más energía
que un equipo entero de atletas y era completamente atrevido cuando le hacía el amor. Nunca había
estado con un hombre y se había sentido así a gusto con su cuerpo y sus expectativas.
Un hombre como éste era difícil de conseguir. Después que acabaron en la barra, la cual nunca
podría mirar otra vez sin sonrojarse, Nick se paró desnudo, mirando dentro de su refrigerador con
sus dos trenzas detrás de su oreja mientras buscaba comida. Él todavía respiraba pesadamente
después de su último asalto y __________ se preguntó ociosamente si ella iría a quedar con las
piernas arqueadas después de la maratón de esa tarde.
No obstante, se veía de rechupete mientras movía envases buscando alimento. Su trasero desnudo era
un banquete para los ojos y cuándo se agachó para investigar el cajón más bajo, no pudo
resistirse a pasar su mano sobre el musculoso muslo, entre sus piernas, para ahuecar la mano y
acariciarle.
Él inspiró abruptamente entre sus dientes y se enderezó.
__________ le sonrió tan traviesamente que se ganó un rápido beso antes de que regresase a la
búsqueda en su heladera.
-¿Milady, tienes algo hecho de carne?
__________ pasó la mano a través de su espalda, calmando las marcas rojas en donde ella le había
hundido las uñas durante su último orgasmo.
-Tengo hamburguesas de soja, y recogí algunas barras de cereales, germen de trigo, y harina de
avena mientras estaba fuera. -Él realmente lloriqueó-. Lo siento. Soy estrictamente vegetariana.
Él suspiró.
-Y yo soy estrictamente carnívoro.
Ella se chupó los labios y sonrió al recordar sus mordiscos y pellizcos juguetones en su carne.
-Me di cuenta.
Giró hacia ella y acercó su cuerpo desnudo contra él.
Besó sus labios como si aún pudiera saborearla después de todo lo que habían hecho esa tarde.
Luego, se echó para atrás.
-A pesar de lo mucho que te deseo otra vez, necesito algo más para alimentarme que tu ardiente y
lujurioso cuerpo.
Agarró el queso de soja del estante de arriba y las galletas saladas de harina integral que tenía
en la barra. __________ empezó a advertirle sobre el queso, pero cambió de opinión. Necesitaba
algo más aparte de ella para morder, aunque para ser sincera, le gustaba ser su juguete para
masticar. El hombre era insaciable, y lo mejor de todo, era un campeón en lo que hacía.
Lo observó curiosamente mientras agarraba su pastillero Pez de Snoopy[1] de la barra, luego
regresó a la sala de estar.
__________ recogió sus vasos con agua y lo siguió a la mesita de café Art Deco.
Nick se sentó ante ésta, cortó en rodajas el queso y luego lo colocó sobre las galletas saladas.
Le pasó una a ella.
-Entonces dime, si no estuviera aquí, ¿qué estarías haciendo hoy?
Ella se rió.
-Estoy segura que probablemente me sentaría más cómodamente, en primer lugar.
Con cara divertida, bajó su cabeza para acariciar con la nariz el cuello.
-¿Puedo darte un masaje para hacerte sentir mejor?
Ella siseó ante su voz profunda y sensual.
-Tu masaje es lo que me metió en problemas.
Recorrió con su lengua la clavícula, luego se echó hacia atrás y comió una galleta salada.
Se ahogó.