jueves, 11 de agosto de 2011

Pecados Paternos. Capitulo 4

"Eso no es verdad," susurró. Se aclaró la garganta y desvió la mirada. Le había suplicado a su padre que le devolviese el empleo a Joe hasta quedarse afónica... pero fue inútil.
"No sé de donde sacaste esa información, pero es falsa. Lorenzo sólo confiaba en las personas que podía controlar. Y yo no estaba entre ellas. Y tampoco tú."
"Touché."
"Me dejó todo en su testamento, es verdad, pero puedo asegurarte que no fue por amor."
"A sus ojos supongo que fue el menor de tres males."
Se encogió de hombros, aunque el gesto distaba de parecer despreocupado. Siempre deseó que Lorenzo la amara. Aún le dolía que nunca lo hubiera hecho. Puede ser que hubiese sido un hombre deshonesto, pero seguía siendo su padre. "Algo así," susurró. "Puedes ponerte la ropa cuando los criados estén alrededor, pero cuando estemos sólo los dos quiero verte siempre desnuda."
Ella alzó la mirada, los ojos como platos. No contaba con esa concesión. "¿Entonces me crees?" preguntó en voz baja.
Él suspiró. "Puede ser que parezca un maldito idi*ota, pero sí, te creo."

"¿Entonces no vas a seguir castigándome por más tiempo?"
Frunció la frente. "¿Castigarte?"
Ella agitó una mano. "Obligándome a pasearme desnuda delante de todo el mundo."
La miró socarronamente. "No fue nunca un castigo."
Ella bufó al oír eso. ¿"Entonces por qué lo has hecho? ¿Para hacerme mejor persona?" preguntó
sarcásticamente.
Él encogió los hombros. "Prefiero verte desnuda."
Sus ojos se endurecieron. "Y no ha sido todo el mundo. Han sido tres personas. Tres personas en las
que confío totalmente. Hay una diferencia."
Dos eran gays, agregó mentalmente. Creía que Tom también lo era... hasta que el muy bastardo
había tenido una erección mirando como ________ se masturbaba. A la mier*da su teoría. Y a la
mier*da Tom como se le ocurriese acercarse a ella de nuevo. ________ movió la cabeza y suspiró,
decidiendo que no era probable que solucionase el misterio de Joe Jonas esta noche. Y, francamente,
estaba demasiado cansada para intentarlo.
Ella rechazó su explicación con un gesto de la mano y se apretó las sienes.
"Bien. ¿Entonces me puedo vestir ya?"
"No."
Le lanzó una mirada exasperada. "Pero si acabas de decir..."
"He dicho que cuando estemos solos tú estarás siempre desnuda." Miró alrededor del comedor. "De
hecho, estamos solos."
Apretó los dientes con fuerza. "Eso es un tecnicismo. Podría entrar un criado en cualquier
momento."
"No sin mi permiso. Saben bien lo que hacen."
"¿Y si se declara un fuego en la cocina y vienen todos aquí corriendo?" Él puso los ojos en
blanco.
"¿O si, no sé, un huracán va a pasar por la isla y entran corriendo para advertirte? ¿O si...?"
" Creo que te estás olvidando de las cláusulas 52 y 53 de nuestro acuerdo prematrimonial, "
interrumpió.
Ella entornó los ojos. "¿Cuáles son las cláusulas 52 y 53? Había tantas malditas cláusulas que
es imposible acordarse de todas!"
"Puedo hacerte una fotocopia si quieres."
"¡... Arrg!"
"La cláusula 52," continuó sin inmutarse, "declara que mi esposa hará siempre lo que le diga sin
rechistar. La cláusula 53 indica que mi esposa permanecerá siempre dulce, bien dispuesta y
preparada para mí." Sus cejas se levantaron.
"Has roto dos cláusulas en dos minutos. No es un buen comienzo, querida. Y en nuestra luna de miel
aún menos. Tsk. Tsk."
Se le ensancharon las fosas nasales. "¡Ese acuerdo prematrimonial es ridículo y ambos lo sabemos!"
Él se levantó de la silla y arrojó la servilleta sobre la mesa. "Para ti, quizás, pero no para
mí."
________ se apretó las sienes, el ánimo de lucha se había apagado. "¿A donde vas?" preguntó
débilmente. Sus labios se apretaron juntos. "¡Y no quiero volver a oír que hacerte una pregunta
rompe una de tus estúpidas cláusulas!"

"Voy a traerte algo de comer," dijo con paciencia exagerada. "No puedes comer pescado ni quieres que
Marcel entre aquí, así que tendré que traerte la cena yo mismo."
"Oh." Contra eso no podía replicar nada malicioso.
Fiel a su palabra, le trajo una fuente llena de fruta, verdura, quesos y un buen trozo de tarta de
chocolate.Era imposible que ella sola pudiese comerse todo eso
Pasaron el resto de la comida en silencio, ensimismado cada uno en sus pensamientos. Cuando
acabaron, Joe la escoltó a su dormitorio en el tercer piso usando una entrada trasera para que
nadie la viese desnuda. Después de cerrar la puerta a su espalda la estrechó entre sus brazos y la
besó apasionadamente. Sus manos acariciaron sus pechos, su trasero, su se*xo, todo su cuerpo, y sus
labios le devoraron la boca. Cuando levantó la cabeza y se apartó, ella jadeaba sin aliento.
"Hasta mañana," murmuró, posando posesivamente la mano en su pecho. Rozó uno de sus pezones con
la yema de los dedos. "Te estoy dando un poco más de tiempo para que te acostumbres a la idea de
ser mía, así que te sugiero que lo uses sabiamente." Sus ojos descendieron desde su cara hasta su
vagina afeitada y retrocedieron de nuevo. "No soy un hombre demasiado paciente."
_________ asintió, timidamente, mientras una especie de depravada desilusión la invadía. Miró
como Joe atravesaba la puerta doble del dormitorio; una parte de ella se alegraba de que se fuese
pero otra parte deseaba que volviera.
Se hundió en la lujosa cama y un suspiro se escapó de sus labios. Deslizándose entre las
sábanas, alcanzó la lámpara de la cabecera y la apagó, luego se acurrucó sintiéndose sola en
el inmenso lecho.
¿Por qué se había casado Joe con ella? se preguntó por enésima vez. ¿Qué quería de ella?
Siempre estaba hablando de posesión y de estrictas cláusulas matrimoniales, pero hasta el momento
había sido delicado con ella, incluso comprensivo. Era como si quisiera realmente que ella se
acostumbrase a él.
_______se dió la vuelta y se apoyó en un costado, diciéndose que sería mejor que durmiese un
poco e intentara olvidarse de su enigmático marido. El amanecer llegaría enseguida. Y traería
respuestas prometedoras.
Joe siempre había sabido que, con el tiempo, ______ acabaría viendo las cosas a su manera. Y
había tenido razón. La hija de Lorenzo (tu apellido) era todo lo que el viejo bastardo había
pregonado que sería e incluso más. Durante todos estos años había sido la roca que había
mantenido unida a la familia del corrupto patriarca. Era el cerebro de la compañía y había
conseguido desviar tres de las anteriores tentativas de Joe de asumir el control de (tu apellido)
Chemicals.
Pero al final, su victoria había sido inevitable.

Joe se había mostrado paciente en todas las anteriores ocasiones en que ________había conseguido
frustrarlo. Él sabía que Lorenzo había malgastado los activos de la compañía antes de su
muerte, y eso significaba que no era mucho lo que la pequeña _______podría hacer para salvarla.
Una vez más había tenido razón. Por fin -por fin- los pecados de Lorenzo (tu apellido) habían
completado el círculo. Y Joe Jonas recibiría la herencia que los labios mentirosos de Lorenzo le
habían prometido tiempo atrás.
Conseguiría a la hermosa y práctica
_______ _______. Conseguiría a la mujer con la que había sido torturado y acicateado todos los
años que había trabajado para Lorenzo. Conseguiría a la mujer que había colocado en un pedestal,
la mujer que había parecido inalcanzable para un hombre de baja clase social.
"Es una auténtica joya," presumía Lorenzo mientras los dos hombres miraban como ______trabajaba en
su escritorio. Ella no sabía que la miraban. "Oh, si, ya sé que no es muy hermosa, pero es más
inteligente que un rayo y leal hasta la médula."
Joe frunció el ceño. ¿Cómo podía decir que no era hermosa? No se parecía a las amantes
anoréxicas de Lorenzo que siempre aparecían por la oficina reclamando su atención (y la de su
cartera), pero nunca había visto una belleza más exótica y exhuberante.
Personalmente, Joe prefería sus curvas voluptuosas a las mujeres esqueléticas y de pecho
inexistente con quien Lorenzo engañaba a su mujer. "Estoy de acuerdo," murmuró Joe , "en que es
una joya."
Lorenzo sonrió. "Me agrada que pienses así, porque pienso dártela, hijo."
Sus cejas se levantaron. "¿Dármela?"
Lorenzo resopló ante su confusión. "Sé que no es políticamente correcto hablar así de una
mujer, pero créeme, hijo, los matrimonios de los ricos y los poderosos siempre son concertados. Un
hombre de mi posición no puede permitirse que su heredera se vaya con cualquiera."
"¿Heredera? ¿No herederá su hijo?"
"Ni un centavo."
Recordando el pasado, Joe se decía que debería haberse percatado de la primera pista de la
verdadera personalidad de Lorenzo. Que un hombre pudiese desheredar a su propio hijo sin ningún
remordimiento estaba más allá de su capacidad de comprensión. Pero él lo admiraba, incluso
había evitado pensar en que sus infidelidades eran una muestra de debilidad. Todo porque Lorenzo
(tu apellido) había conseguido hacer creer a Joe que estaba destinado a ser alguien.
Lorenzo lo había convencido de que su origen humilde no importaba. Y estaba en lo cierto. Joseph
Jonas tenía el valor y el empuje necesarios para llegar a la cima.
Su pene se irguió cuando vió trabajando a ________. La inalcanzable hija de Lorenzo (tu apellido)
le había sido ofrecida en bandeja de plata. Al hijo de un ama de casa y de un portero con salario
mínimo, parecía demasiado bueno para ser verdad.
Se la veía tan dulce e inocente allí sentada, con sus largos rizos cafe claro enmarcando esa
carita de ángel. Parecía un cordero que no sabe que está a punto de ser comido por un león. Pero
ahora sólo tenía dieciocho años, se recordó, y estaba trabajando en (tu apellido) Chemicals a
media jornada mientras acababa sus estudios universitarios. Lorenzo le daría unos años más para
madurar y entonces le entregaría su mano en matrimonio a Joe.
"Me sentiría muy honrado de aceptar su mano," decía Joe en voz baja, mirándola hipnotizado. "Muy
honrado..."
Joe la había idealizado todos estos años. La colocó en un pedestal que ninguna otra mujer podría
alcanzar, por eso sus relaciones terminaron invariablemente cuando las mujeres de su vida
palidecían en comparación con ella.
Dos años más tarde cuando Lorenzo lo había puesto de patitas en la calle, no era la pérdida de
su trabajo lo que había lamentado.
Ni tampoco el robo de su proyecto, un proyecto que había supuesto millones para (tu apellido)
Chemicals. No. Fue la pérdida de ______ lo que lo había convertido en alguien más despiadado y
peligroso de lo que había sido jamás. Se la habían colocado delante como un espejismo en el
desierto, y luego se la habían arrebatado sin remordimientos.
Los pecados de Lorenzo (tu apellido) habían completado el círculo...
Joe arrojó la corbata en el vestidor, preparándose para acostarse esta noche y solamente esta
noche sin su espejismo en el desierto. Sabía que su esposa pensaba que era indigno de ella.
También sabía que esto le tenía sin cuidado. Su pene se endureció cuando finalmente lo envolvió
la realidad de la situación: Había ganado. Había asumido el control de (tu apellido) Chemicals y
_______ no había tenido otra opción que aceptarlo como marido. Eso o su familia lo perdería todo.
En realidad, él no tenía intención de apoderarse de nada que perteneciese a su familia, pero un
hombre de negocios astuto sabía jugar sus cartas.Y Joe era el más astuto.
Y ahora _______ _______ era suya. Suya para tomarla, suya para embarazarla, suya para... poseerla.

Joe no tenía ninguna intención de conformarse con una relación fría y cortés con su esposa como
sucedía en muchos matrimonios de la alta sociedad. Cuando le había dicho que sería su dueño,
quería decir justo eso. Con todas las palabras.

"Enséñame tu vagina." Su expresión se endureció. "Cuando estamos sentados los dos juntos y a solas, quiero que tengas siempre las piernas separadas y abiertas de par en par. No debería tener que pedir que me enseñes algo que es sólo mío."
Con la caída de la tarde el aire se enfrió, erizándole la piel. Sus pezones se endurecieron cuando la fresca brisa los golpeó, tensándolos en apretados y sensibles botones.
"Por favor, ¿me puedo vestir?" Suplicó ________. Reclinada en la tumbona miró distraidamente la margarita que tenía delante y que ni siquiera había probado, sus ojos vagaron luego hacia la piscina diseñada a imagen de las lagunas de la isla. Estaba rodeada por una selva ficticia densamente poblada por palmeras y exóticos helechos. "Empieza a hacer frío."
"No," dijo únicamente, mientras apartaba un momento la mirada de la hoja de cálculo que había estado leyendo en el ordenador. Sus ojos se endurecieron.
"Creo que te dije que separases las piernas. Cuando levanto la vista del trabajo quiero ver tu espléndida vagina expuesta para mí." Volvió a bajar los ojos estudiando atentamente el balance administrativo que tenía delante.
Sus fosas nasales se abrieron pero separó las piernas.
"¿Está mejor así?" preguntó con voz helada.
Joe volvió a alzar los ojos. No prestó atención a la mirada indignada que le lanzó.
"Infinitamente," murmuró.
_______suspiró, cediendo. No tenía ni idea de cuánto tiempo pensaba mantenerla desnuda y con las piernas abiertas, aunque esperaba que la novedad pasase pronto. Además, necesitaba alejarse de él. Porque si no... ¿cómo podría tramar algo para recobrar el imperio familiar? Aunque, por otra parte, pensó con tristeza, seguro que él ya se había dado cuenta de eso.
Bastardo.
La furia de ________ duró unos diez minutos más hasta que poco a poco se fue quedando dormida. Mil preguntas y preocupaciones bullían en su mente pero finalmente sus párpados, cada vez más y más pesados, acabaron por cerrarse.
¿Qué deseaba Joe de ella? ¿Por qué insistía en mantenerla así desnuda y despatarrada? ¿Se trataba solamente de venganza, o quizás muy en el fondo la quería de verdad pero se negaba a admitirlo?
Se quedó dormida en la tumbona, mientras la fresca brisa tropical acariciaba su sexo abierto y endurecía sus pezones. Su último pensamiento coherente fue que realmente no importaban cuáles fuesen las motivaciones de Joe. Era evidente que él había hecho exactamente lo que dijo que haría y ahora ella le pertenecía por completo.

* * * * *

"Es tan guapo," exhaló _______, y apretó contra su pecho un plato de plástico con un pedazo enorme de tarta de chocolate cubierto de espeso glaseado. Se mordió el labio cuando observó a Joe anotar un último punto de voleibol, consiguiendo así la victoria para su equipo en el picnic de (tu apellido) Chemicals. "Tan guapo," susurró.
Se escuchó la ovación del público mientras _______ estudiaba soñadoramente las facciones de Joe. Su cuerpo musculoso y atlético. Su cara cincelada y su magnífico pelo oscuro. Su...
Se ruborizó. Sólo tenía dieciséis años, así que probablemente no debía mirarlo justo ahí abajo.
"¡Lo has hecho!" gorjeó una voz femenina y una rubia delgada y espléndida se arrojó en los brazos masculinos. "Eres mi héroe," dijo guturalmente. Su cuerpo se restregó contra el de Joe, excitándolo, y luego lo besó.
_______cerró los ojos y sintió que se le partía el corazón. No quería ver cómo Joe besaba a otra mujer. No era tan estúpida como para pensar que en privado él no hacía esas cosas y otras peores con la hermosa rubia, pero si no lo veía, por lo menos podría fingir...

________ frunció el ceño entre sueños. Puedo fingir que es mío... sólo mío. Apretó los ojos con fuerza, los recuerdos dolorosos resultaban demasiado reales, incluso en sueños.

"Salgamos de aquí," murmuró Joe a su acompañante femenina. No sabía que ________ se ocultaba entre las sombras, escuchando furtivamente. "Me muero por cojerte."
Los ojos de ________se abrieron. Su corazón comenzó a latir furiosamente. No le hagas el amor aquí, pensó. Por favor, Joe.
"Creía que nunca me lo pedirías," ronroneó la rubia. "He estado cachonda por ti toda la tarde."
Él sonrió. "Entonces vamos."
______ escuchó como se alejaban, y no salió de las sombras hasta asegurarse de que no había moros en la costa. Inclinó la cabeza y un dolor profundo la atravesó, clavándosele en el estómago.
Respiró profundamente mientras estudiaba el plato de plástico que tenía en la mano. La tarta de
chocolate era su favorita.
Suspirando, _______ tiró el plato en el primer cubo de basura que encontró y luego se dirigió a
la salida. No quería estar allí. No le apetecía comer, ni jugar, ni escuchar a un montón de
gente aburrida intentar mantener una supuesta conversación ingeniosa. Sólo quería irse a casa.
Mantuvo la cabeza alta y se encaminó a la puerta, una limusina la aguardaba.
Joe y su acompañante estaban esperando que les trajesen el coche, pero _______ pasó delante de
ellos sin prestarles atención. Podía sentir los ojos de Joe mirándola, pero fingió no
percartarse de su presencia. Por fin, el chófer de su padre le abrió la puerta de la limusina y
ella se coló dentro.
Sólo cuando estuvo a salvo en su casa, después de encerrarse a solas en su habitación, lejos del
mundo y de ojos curiosos, sólo entonces se permitió liberar sus sentimientos. Gateó entre las
sábanas de satén de su lujosa cama con dosel de Cenicienta y cerró los ojos, llorando
silenciosamente mientras se adentraba en el sueño...

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