lunes, 23 de julio de 2012

Abrazo Nocturno. Capitulo 5

El perfume crudo, viril de él la invadió mientras sentía sus músculos alrededor. Su potencia viril era más fuerte de lo que ella podía soportar. Éste era un hombre irreprimido que conocía su camino alrededor del cuerpo de una mujer. Lo podía sentir en su beso magistral, en la forma que él sabía justamente donde y cómo acariciarla.
Su cuerpo ardía de deseo, se agarró a sus hombros desnudos mientras lo sentía endurecerse aún más contra su estómago.
Nunca había experimentado algo así. Era como si estuviese muerto de hambre por ella.
Sólo por ella.
Cuando él finalmente se echó hacia atrás, se percató que había descansado todo su peso él y la había sostenido sin ni siquiera apretar sus músculos. Dios, el hombre era fuerte.
Él deslizó su pulgar sobre los labios hinchados, sus ojos eran tan cálidos y tiernos que la dejaban jadeando aún más que su beso.
-Tengo treinta y tres de cintura y treinta y ocho de largo.
-Um-hmm -suspiró ella, sin oírle. Se bamboleó hacia él para otro beso.
Nick sintió un apasionamiento extraño dentro de él ante la aturdida y adorable apariencia de su cara.
-Bésame otra vez -murmuró ella un instante antes de reclamarle sus labios.
Él ahuecó su cabeza en sus manos mientras exploraba su boca, siendo cuidadoso para no dejar que accidentalmente su lengua rozara sus colmillos y supiera la verdad acerca de él.
Pero era difícil echarse hacia atrás cuando el sabor de ella lo llevaba tan cerca de la locura. Su perfume a patchoulí y trementina lo embriagaron y deseó levantar el borde de su vestido y deslizar sus manos sobre sus muslos exuberantes, hacia...
Su lengua se acercó peligrosamente a sus colmillos.
Echándose hacia atrás, la soltó.
Eso había estado un poco demasiado cerca para ser cómodo, pero ni remotamente tan cerca a como él quería estar. Él deslizó la mirada por su cuerpo, esbozado por el vestido. Era un cuerpo lleno de mujer, no era ni menuda ni pequeña. Y ella tenía pechos grandes, exuberantes algo de lo que él siempre había sido partidario.
Apretando los dientes, se opuso a la necesidad cruel de tomarla en sus brazos y probar esos pechos con su boca. Sus manos. Su lengua.
Aun mejor, sus colmillos...
-Ok -dijo ella en una voz extraña, y alta. -Eso fue lindo-. Ella juntó sus manos y dio un paso hacia atrás No fue hasta que su mirada cayó en la toalla que la luz regresó a sus ojos café oscuros. -Ropa. Necesitas ropa antes de que haga algo de lo cual no me arrepentiría. Otra vez, ¿cual es tu talla, Steve?
-Nick.
-Nick. Talla. Ropa. Cubrirlo completamente.
Nick sonrió mientras la observaba tratar de enfocar su mente mientras sus ojos lo recorrían con deseo.
A él le gustaba esta mujer. Al margen de sus peculiaridades, había algo muy refrescante y puro acerca de ella.
-Voy a ir a buscar ropas para Nick -ella salió, luego regresó unos pocos segundos más tarde-. Llaves -dijo, encaminándose a una lata rosada en el mueble de la cocina-. Necesito llaves para el auto. -Salió, sólo para regresar otra vez-. Mi cartera. Dinero para la ropa.
Nick arrastró su mano a través de su pelo mojado mientras ella salía una vez más y se preguntaba si había olvidado algo más. Ella se había olvidado...
-Los zapatos -dijo la próxima vez-. Debo tener zapatos para ir de compras y mantener mis pies calientes-. Deslizó sus pies en un par de zapatillas que estaban en la puerta.
-¿Qué hay sobre un abrigo? -preguntó Nick mientras veía que se dirigía otra vez hacia la puerta-. Es invierno.
-Los abrigos son buenos en el invierno -dijo ella, yendo a una percha tras la puerta que él asumió era su armario. Se puso encima un abrigo, color café, viejo, que parecía no ser su estilo. -Regresaré pronto.
-Espera.
Ella hizo una pausa para mirarle.
Nick apretó sus labios mientras cruzaba el cuarto y desabotonaba el abrigo mal abotonado. Enderezándolo, se lo abotonó correctamente.
-Gracias -dijo sonriendo, una sonrisa que le hizo cosas extrañas a su ingle y a su estómago.
Todo lo que Nick pudo hacer fue asentir con la cabeza, especialmente cuando lo que realmente quería hacer era levantarla en sus brazos y llevarla a la cama y hacerle el amor por el resto de la tarde.
-Regresaré -dijo, saliendo.
Después de que se fuera, finalmente se permitió sonreír ampliamente. Ella era definitivamente otra cosa.
Algo que le recordaba a un día calido de primavera después de un invierno rudo. Había pasado mucho tiempo desde que alguien lo tocara de la forma en que ella lo hizo. Un largo tiempo desde que alguien se quedara en sus pensamientos.
-Te gusta.
Él volteó la cabeza para mirar sobre su hombro el espíritu que se movía trémulamente allí.
-Ella es interesante -dijo a Ceara.
Ceara avanzó para detenerse a su lado. Sus mejillas pálidas sostenían un sonrojo etéreo mientras brillaba tenuemente entre este plano de existencia y el siguiente.
Ella debería haber cruzado completamente a su descanso eterno o de renacimiento antes, pero se había rehusado a dejarlo solo.
Y aunque era terriblemente egoísta, Nick había estado agradecido por su compañía. Especialmente
en aquellos días en los que había sido incapaz de permanecer en contacto con sus hermanos
Cazadores Oscuros vía tecnología moderna.
En aquel entonces, su aislamiento había sido infernal. Había pasado sus días solo, nunca
atreviéndose a dejar que un humano se acercara por miedo a su maldición. Nunca atreviéndose a
tener a alguien al alcance por cualquier cosa.
El único alivio que había tenido eran las visitas infrecuentes de su hermana.
Pero cada vez que miraba a Ceara, recordaba dolorosamente qué tan mal le había fallado. Debería
haber podido ayudarla el día que ella murió. Si no hubiese sido un tonto, entonces ella podría
haber vivido la vida que merecía. Una vida plena, con un marido y niños.
En lugar de eso, ella había sido sacrificada porque había sido un asno estúpido y arrogante.
La primera vez que ella había venido a él después de sus muertes le había destrozado
anímicamente. No había habido acusaciones de ella, ningún odio, si bien lo merecía. Ella solo le
había mostrado compasión y amor.
-Prometo nunca dejarte solo, mi brathair[1] . Y no lo haré. Siempre estaré aquí para ti.
Durante los siglos, su presencia había sido lo único que lo mantenía en la tierra y le permitía
seguir adelante. Su amistad y su amor siempre habían significado todo en el mundo para él.
Ceara pasó una mano fraternal sobre la magulladura en su muslo derecho.
Él no podía sentirlo como un toque real, pero el gesto le causaba a su piel un hormigueo.
-¿Ya no te molesta?
-No. Estoy bien.
-Nick -dijo ella, diciendo su nombre en celta nativo-. Sabes que debes ser honesto conmigo,
brathair.
Él levantó la mano para peinar un mechón de su cabello Castaño que caía en la mejilla, sólo
para recordar que no la podía tocar. Cerró sus ojos mientras recordaba el pasado.
Su clan la había matado violentamente justamente unos días antes de su decimosexto cumpleaños.
-Ella será nuestro sacrificio a los dioses y ellos nos perdonarán por las transgresiones de
nuestro líder...
Nick apretó sus dientes en contra de la pena y la culpabilidad que crecía dentro de él. Su muerte
había sido culpa suya. Él la había matado como si hubiera sido el que sostuviera el cuchillo.
Pero él apartó con fuerza esos pensamientos y encontró el entumecimiento que necesitaba para
funcionar.
Ya no soy humano y no hay un pasado. La letanía de Acheron corrió por su mente, permitiéndole
suprimir todo.
Solo estaba el ahora y el futuro. Su vida humana quedó lejos atrás de él, era un Dark Hunter cuya
entera existencia era buscar y destruir el mal que cazaba a los humanos que no tenían conocimiento
de lo que había en la oscuridad esperando por ellos.
-Mi pierna -a diferencia de su corazón- sólo duele un poco.
Ella negó con la cabeza.
-Éste no es un lugar seguro para ti, Nick. Hay demasiada luz. No me gusta que estés aquí.
-Lo sé. Me iré tan pronto como pueda.
Muy bien, entonces me retiraré hasta que me necesites.
Ella desapareció y lo dejó solo. Otra vez.
Nick miró hacia la barra en donde __________ había estado sentada cuando se reunió con ella.
Frunció el ceño ante el boceto en el que ella había estado trabajando.
Recogiéndolo, se quedó impresionado por lo bien que había capturado su parecido.
La mujer era una artista brillante. Podía agregar emociones y significado aún en las líneas más
simples. Nunca había visto algo como eso.
Desafortunadamente, no lo podía dejar aquí.
Arrancó la página y usó sus poderes para quemarla. Los Cazadores Oscuros tenían prohibido
permitir que capturaran sus imágenes en cualquier medio o cualquier forma. Nadie debía poder
probar su inmortalidad. Tal prueba sólo conduciría a preguntas y complicaciones que ninguno de
ellos quería.
Solo esperaba que ella no lo reprodujese después que se fuera.
Nick miró alrededor del loft y notó que toda el área estaba llena con arte enmarcado y sin
enmarcar. El piso, una mesa larga de dibujo, y tres atriles estaban llenos con proyectos medio
terminados.
Cruzando el cuarto, los examinó más de cerca. Perdió la noción del tiempo mientras los
examinaba, luego encontró más pinturas apoyadas contra la pared del dormitorio. A __________ le
gustaban los colores vívos en su trabajo, y sus brochazos en la tela eran tan ligeros y tiernos
como ella misma.
Pero era su alfarería lo que más le fascinó.

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