domingo, 22 de julio de 2012

Abrazo Nocturno. Capitulo 4

Nick.

Se tomó su tiempo para dibujar los buenos y esculturales planos de su cara, el tatuaje intrincado
de su cuerpo. Nunca había visto un hombre con las proporciones más perfectas. Y antes de darse
cuenta, se perdió en esas líneas. Perdida en su mente mientras dejaba fluir su creatividad y
reproducía las cosas que encontró tan increíblemente fascinante acerca del hombre en la ducha.

Antes de que ella se percatase cuánto tiempo había pasado, él cerró la ducha y salió detrás de
las cortinas con una toalla húmeda alrededor de sus caderas delgadas.

«Oh, mamá».
__________ otra vez sintió el deseo de morderse los nudillos en apreciación. A excepción de las
dos trenzas delgadas que se mecían con sus movimientos, su pelo Castaño dorado estaba peinado
hacia atrás y los ojos negro azabache brillaban intermitentemente con inteligencia y poder arcano.
Nunca había visto ojos tan oscuros, especialmente en un hombre Castaño.

Tenía una presencia tan poderosa que la dejaba sin aliento con solo mirarle. Era como si el mismo
aire alrededor de él estuviera repleto de energía y fuerza, y ella deseaba poder capturar eso con
su arte.

Pero nadie alguna vez podría duplicar o crear un aura tan intensa. Era algo que sólo podía ser
experimentada en carne y hueso.

Con cada paso que él se acercaba a ella, su corazón latía más fuerte. El hombre era
abrumadoramente masculino. De primera calidad.

Su intensidad, su crudo magnetismo animal... prendía fuego a su sangre.

Había sido guapo anoche en su cama, pero levantado y consciente, era completamente devastador.

-Sabes, Nick -dijo, trazando las líneas de sus músculos con la mirada-. Las toallas se ven
realmente bien en ti. Sales afuera con eso e iniciarás una moda enteramente nueva.

Una sonrisa divertida sobrevoló los bordes de sus labios.

-¿Siempre dices lo primero que pasa por tu mente?
-Generalmente. Tengo pensamientos que conservo para mí. Solía no tener cuidado y decir cualquier
cosa y una vez mi compañera de cuarto en el colegio llamó a la unidad psiquiátrica. Sabes, ellos
realmente tienen camisas blancas.

Nick arqueó una ceja ante la sinceridad que sintió de ella. Esa era una historia real. La mujer
era excéntrica, sin duda, pero lejos de ser una chiflada. Bueno, puede que no tan lejos.

Ella alcanzó su "desayuno" sin tocar y levantó el así llamado muffin que tenía pequeñas
partículas brillantes que aun no podía empezar a identificar.

-Aún no has comido tu muffin.

Sí, claro. Él todavía no se había comido sus botas tampoco, y raramente lo haría como así
tampoco esa cosa en su mano.

-No tengo hambre -al menos no de comida.

Ella tiró el muffin sobre el mostrador y juró que éste se hundió. Arqueando su ceja, se estiró
y tocó su colgante. Sus dedos se rozaron contra la piel de su cuello, produciendo escalofríos y
otras cosas en su cuerpo.

-Esto es tan bello. Siempre he querido un colgante así, pero nunca pude encontrar uno que me
gustara. -Pasó su pulgar sobre la cabeza derecha del dragón-.¿Eres de Escocia?

-No exactamente -dijo, mirando la forma en que ella estudiaba la pieza, la cual había sido un
regalo de su tía en el día de su boda. Ambos, él y Nynia habían recibido un juego de collares.
Él no sabia por qué aun lo llevaba, aparte del hecho que quitárselo le causaría más dolor del
que estuviese dispuesto a enfrentar.
De alguna forma extraña, sacarse el collar sería como perder a Nynia una vez más.

En contra de su voluntad, su mente regresó al momento cuando Nynia había colocado el collar en su
cuello. Su sonrisa lo había cegado y su cara se había llenado de amor cuando lo besó en los
labios.

Dioses, cómo la extrañaba. Aun después de todos estos siglos.

Hubo un tiempo en el que juraba que aun podía oler el calor de su pelo. Sentir su contacto. Era
como la picazón fantasmal de una extremidad faltante que, aun años más tarde, uno podía jurar
que la podía sentir.

Había algo acerca de __________ que le recordaba a su esposa. Y no era justamente el hecho que
ambas mujeres poseyeran la habilidad para volverlo loco.

__________ era extrañamente fascinante. Como él, ella veía cosas en otro nivel, cosas que estaban
escondidas en este plano de existencia. Su mente saltaba de una cosa a otra como ráfagas de
relámpago, lo cual era tan intrigante como confuso. Nynia era la única otra persona que alguna vez
hubiera conocido con ese rasgo. Como un hombre mortal, a menudo había estado confundido por la
lógica única de Nynia.

-Sabes -dijo __________, -dices "no exactamente" muchas veces. Tú no eres exactamente vampiro. Tú
no eres exactamente de Escocia, y tú eres alérgico a la luz del día. ¿Qué más?

-Odio los muffins de salvado y hierba.

Ella se rió de eso, un sonido enriquecedor, gutural que lo hechizó.
La observó fascinado mientras ella usaba un harapo manchado para limpiar el carbón vegetal de sus
dedos largos y elegantes.

-¿Cuánto tiempo tenemos hasta que tus amigos lleguen?

-Un par de horas, sin duda. Vivo muy en las afueras.

__________ bajó la mirada a la toalla alrededor de sus caderas. Si ella lo mantenía aquí con eso,
no podía decir lo que podría llegar a ocurrir. De hecho sí podía, lo cual quería decir que
realmente necesitaba colocar algunas ropas sobre él... rápido.

Él respiró profundamente, el gesto acentuó los músculos de su duro y definido abdomen.

Oh, sí, tenía que cubrir completamente esa tentación.

-Te diré algo Señor Nick Sin Apellido. ¿Por qué no salgo y te traigo algo para que te pongas
antes que lleguen tus amigos?

Porque no quiero que salgas. Nick parpadeó ante el pensamiento bizarro, inusual. ¿De dónde había
venido?

Había algo apremiante acerca de esta mujer. Algo fuerte y al mismo tiempo vulnerable. Sentía en
ella la necesidad de hacer enmiendas por lo que le había hecho. Por qué, no lo podía imaginar,
especialmente cuando ella le había salvado la vida.

Si le hubiera dejado en la calle, ya estaría muerto. Una mancha frita en la acera.

-No tienes que hacerlo, lo sabes.

-Pero insisto. Es lo mínimo que puedo hacer ya que destrocé tus pantalones.
Mientras le miraba su natural, afectuosa y persuasiva cara, la cual estaba enmarcada por un cabello
lacio y negro azabache, comenzó a fascinarse por la curva de sus labios. La forma en que mantenían
el indicio de una sonrisa aun cuando estaban relajados. __________ era más que un nombre, era
también su actitud. Feliz, cálida.

Era totalmente irresistible y él quería saborear su sabor tan fieramente que no estaba seguro de
por qué aun no la había probado. Necesitaba saborearla. Sentirla. __________ lo miró mientras
Nick estudiaba sus labios. Había tanto fuego en su mirada oscura como para prender fuego a un
glaciar. Aun no la había tocado y podía jurar que podía sentirlo rodeándola con calor y
necesidad.

El aire alrededor de ella parecía sexualmente cargado. Prácticamente siseaba de erotismo y deseo.
Nunca había sentido algo así en su vida.

Nick exudaba una atracción sexual inhumana. La atraía de una manera que nunca había sentido por
otro hombre. Sus ojos se entrecerraron, bajó la cabeza y tomó posesión de sus labios con un beso
magistral que hizo que su cabeza literalmente le diera vueltas. Su cuerpo se derritió.

Ella gimió ante el sabor de sus labios contra los de ella mientras, su lengua se hundía
apasionadamente en su boca. La levantó del banco de la barra, entre sus fuertes brazos y deslizó
sus manos sobre su espalda, agarrando la tela de su vestido en sus puños.

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